jueves, 24 de noviembre de 2011

Un firulete canabico

4 comentarios:

  1. La melodia que suena dentro de tu oido, no es mas que el eco de tu demencia gritando de agonia por la fiebre de la realidad

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  2. Che, de algún modo creo que no me siento solo... Efectivamente es singular el modo en que se subleva la idea de soledad que tenía, se detiene y se forman más significados y propuestas hacía tan inmensa y "terrorífica" palabra.
    No somos los únicos que podemos jugar con la finalidad de cada palabra mencionada, escrita, leída u oída. Me encanta atolondrar cada rebote sismico de esa voz disfrazada en sonido eterno y perpetuo... Amo sentir ese viento espontáneo rugir desde un oculto eforismo hacía el lenguaje de los Dioses, ese que ahí mismo imagino, oigo y empiezo a respetar... La demencia me atrae observando al firulete canábico, soy libre de sentir el calor de mi locura venerando la soledad mental de esos músicos al entonar las voces de tan precioso arte, en conjunto y en soledad al mismo tiempo, la música nace, y enloquece.

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